De aquel Rosario de buen hockey, a este Rosario de deslucido nivel. De aquel Rosario nutrido de jugadores, a este Rosario que no cuenta siquiera con un suplente de reemplazo. De aquel Rosario semifinalista del Apertura, a este Rosario eliminado que pelea por escaparle a los últimos puestos.
Nuevo fin de semana negro para los dirigidos por Marcelo Ré, que se llevaron dos caídas en dos presentaciones, con un abultado 4-11 vs. Neuquén A y un ajustado 5- 6 vs. Rowing Blanco.
A pesar del sacrificio y la producción goleadora de Salim y Nacif Chemes, el equipo parece desarmarse estrepitosamente partido a partido. La ausencia de los hermanos Muzzio, figuras y pilares en la destacada campaña del Apertura, es cada vez más notoria ya que Rosario ya no solo no gana sino que su nivel de juego es cada vez más flojo.
El sábado, después de un inicio relativamente parejo, Neuquén A le hizo 11 tantos y pudo haberle marcado varios más aún, mientras que en domingo, cayó por diferencia de un tanto ante el alicaído Rowing Blanco, equipo al que en el Apertura le había marcado 17 goles.
Un Rosario de… diferencias